sábado, febrero 17, 2007

Buenos Aires sigue matando

Pero ahora lo hace en: BUENOS AIRES SIEMPRE MATA

Alli los sigo esperando....

domingo, noviembre 26, 2006

Una vez más

Ya no lloro, y eso me asusta.

Hoy no lloré…

Estoy cansada, muy cansada. Imagino montañas, cielos azules y la soledad inmensa.

Hoy por primera vez a tu lado se me desgarró el corazón, se desmoronó la realidad, estalló en mil pedazos casi desapareciendo, y no pude llorar…

El día era gris, el viento no lograba llevarse mi llanto, pero éste tampoco lograba salir.

Se me desgarró el corazón y fue como si alguien me hubiera empujado, una vez más, a mi oscura soledad de calles desiertas pobladas de gentes que no importan (no me importan).

Otra vez yo, triste, muy triste, desoladamente triste, ni angustiada ni enojada, triste, sola, una vez más sólo yo, just me.

Y no pude llorar. Y ahora lloro, pero no es el llanto desgarrador de saber que te pierdo, es un llanto necesario para lavar mi ser y enfrentarme a mañana, abrirme, una vez más, a la vida, seguridad que se rompe y me deja enfrentada a mi misma, porque lo necesito.

¿Cuándo nos pasó?

La melodía de aquella canción me envuelve mientras intento descifrarlo.

Muchas veces imaginé futuros que luego se derrumbaron, y aunque suene casi cliché decirlo, esta vez pensé que éramos nosotros, esta vez yo era a tu lado… quizás por eso duele tanto… quizás por ser la primera vez que me sentí yo sin sentirme extraña.

Discusiones cotidianas que se volvieron angustia cuando comenzaste a enfrentarme a todos y cada unos de mis peores miedos, de mis peores momentos, de esa que me hicieron y me lastimó por tantos años, de esa que me arrojó sola a esta ciudad inmensa para intentar empezar de nuevo, de esa que me llevó a los peores lugares, de esa con la que día a día me peleo para no ser más, de esa que desde que vos llegaste a mi vida peleo con más fuerza que nunca para superarla poder estar a tu lado, al lado de esos ojos que siempre los envuelve una sonrisa… y sin embargo últimamente tus palabras me llevan a eso, y me duele, mucho, y sé que no puedo pedir que lo comprendas ni que lo aguantes, pero si creo poder pedir, como muchas veces hice, que me ayudes a salir de ahí… No tenés porqué, pensé que querías.

Y ya no puedo, no puedo seguir diciendo que voy a cambiar, porque suena casi vacío, porqué cambié y mucho, porque hago un esfuerzo enorme para sentir que yo, que siempre pensé que no podía, puedo ser dos…

Trampa del destino, hoy cuando te fuiste pensé que no, que tal vez no puedo, que tal vez no sé ser dos, que tal vez deba volver a lanzar los dados de la vida y arrojarme, una vez más, a ésta, armando mi propio y solitario camino. Pero me da bronca, no es justo que piense que no puedo cuando lo intento día a día, cuando invierto todas mis fuerzas en ello, cuando me peleo con el fondo de mi subjetividad para poder; no es justo que me digas y me sienta la causa primera de todas y cada una de nuestras discusiones, no es justo, no es cierto, no puedo evitar la sensación de injusticia y la bronca cuando pienso en todas y cada una de las cosas que armo en la vida cotidiana para que seamos nosotros…

y sin embargo siempre salta esa yo que tanto te lastima… y es cierto, no lo niego, ella está ahí, ella es yo de alguna manera, pero te pedí muchas muchas veces un esfuerzo no sólo porque me ayudes a cambiarlo, para que me acompañes, para que me avises o me adviertas, si no también un esfuerzo porque lo relativices y lo superemos… No sé, no se si es justo lo que pido, pero si sé que si hay amor nos es injusto que lo pida.

Y allí llego, yo enfrentada a mí peor yo. Y frente a mí esa seguridad tuya que construye un muro entre nosotros, porque te siento distante y lejano, y ese muro se agranda en discusiones violentas que nos lastiman a ambos… y luego otra vez la vida cotidiana… y esa lógica que nos lesiona el alma, y hace que nuestros corazones se manchen de manchas que no se borran… Y entonces no puedo… Me lastimo mucho y no puedo, y digo no puedo y el dolor me desgarra hasta convertirse en un grito de impotencia y en un llanto de resignación.

Y no puedo ni quiero, después de años con el corazón bombardeado y el alma lastimada me siento demasiado vulnerable para estar al lado de alguien que considera mis acciones como la causa primera de todas nuestras discusiones… me siento demasiado vulnerable porque me lo termino creyendo… una vez más, me termino culpando, una vez más me encierro en ese pozo del que no puedo salir al creer que soy yo quien no puede construir una relación, quién vive huyendo en las calles oscuras de la ciudad desierta, quien se encierra en si misma y no puede dar pelea, una vez más, termino creyendo que soy eso que me hicieron creer que era, pero esta vez no puedo ni quiero, porque me enfrenté mucho a mi misma como para volver a creer eso.

Y así, mi historia entera se hace carne en el hoy, no porque vos quieras hacerlo, no porque sea tu intención, no porque no te interese, ni siquiera te culpo… simplemente porque creamos esa dinámica y no encuentro la forma para salirnos de ese círculo de dolor y angustia, de ese muro que nos aleja y no podemos destruirlo… quizás, como tantas veces se dijo, el amor no alcance, porque mi amor por vos es inmenso, gigante, se extiende al infinito y vuelve, pero evidentemente no alcanza porque rutinariamente se hace llanto… el amor no es llanto, el amor no es dolor…

Y mientras escribo más impotencia se apodera de mí, y ahora si lloro, lloro mucho, lloro de impotencia, porque quiero ofrecer una solución, pero no puedo, no puedo porque me duele mucho, pero tampoco puedo porque no se me ocurre… quizás una es consecuencia de otra…

No sé… A pesar del llanto sigo soñado con despertar cada mañana a tu lado sonriendo, pero no sé cómo, y el llanto sale con más fuerza…

Tal vez deba enfrentarme a la ciudad inmensa sola una vez más, y allí estaré, después de llorar mucho volveré a vivir tus calles repleta de esquinas inesperadas… O tal vez logremos enfrentarla, con mucho más fuerza, nosotros…

Como sea, el llanto es muy grande, pero por primera vez me siento segura, con miedos, muchos, pero segura de mi… just me…

domingo, octubre 08, 2006

Encontrándome

Aquí una vez más, encontrándome a mi misma, encontrando a esta Buenos Aires que siempre, aunque me cueste, consigo que me robe una sonrisa…

Fin de semana, mi cuerpo me hace trampa y me la pasó en cama… No termino de entender que es lo que me está pasando, pero me da bronca, mucha, quiero salir a disfrutar de la primavera que recién asoma, del aroma a flores que tímidamente le van ganando espacio a el gris Buenos Aires… Como aquel otoño, esta primavera también tiene la medida de un año, un año de búsquedas incesantes, de viajes, de noches, de alcohol, de sexo, de amigos de la noche, de pasear, de huir, de aprender a disfrutar de días soleados… un año de aprendizaje…

Y así, este fin de semana soleado, me invade la compleja, absurda, contradictoria sensación de no poder estar sin vos y de necesitar estar sin vos…

La dificultad de aprender a ser dos…

Las ganas de intentarlo…

Tus miedos que se hacen ambigüedades, mis miedos que hacen de tus ambigüedades la culpa de tenerte a mi lado.

La dificultad de aprender a ser dos…

Las ganas de intentarlo…

Y así andamos…

Intenté contarte lo que me pasa, y una cosa llevo a la otra, y la tristeza de sentir que nos queremos juntos y no nos sale, nos cuesta… La certeza de que vamos a lograrlo…

Finalmente vos te fuiste, y yo salí con vos… Necesitaba perderme en la ciudad y empaparme de Buenos Aires, sentir la soledad de encontrarme a mi misma y que eso no signifiqué que no existe nosotros…

Me preguntaste donde iba, querias llevarme en tu auto… creo que te ofendió mi negativa, o quizás fue sólo tristeza…

Quería decirte que te quiero a mi lado, pero que me necesito mucho… Me di cuenta que era imposible, que sólo el tiempo, la experiencia, las palabras y las peleas, nos van a ir dando nuestro espacio…

Así que te di un beso y te dije chau, mientras el sol me acariciaba la cara con una sonrisa de melancolía y el Parque Lezama volvía a esperarme con sus sorpresas de Domingo por la tarde, con su gente, con los niños tirandose en carritos por sus barrancas y los viejos jugando al ajedrez, desafiando a su propio destino.

Y la esquina de aquel viejo bar que ya no existe me incitaba al paseo turístico, a la feria de antigüedades, a ese híbrido en el que se convierte San Telmo los fines de semana, mezcla de tango y cosas viejas, turistas, artesanías únicas y artesanías industriales, español, porteño, inglés construyendo un nuevo idioma…

Compré un pan relleno y me fui de paseo, hacia ningún lado, hacia Buenos Aires y sus rincones…

Caminé largo rato, pendiéndome entre los turistas y confundiéndome con ellos, jugando a ser anónima en esas calles que marcan mi historia.

Recordé que entre tantas cosas que hay en San Telmo hay una feria donde trabaja un artesano que conocí en mi último viaje… Lo busqué, lo encontré y con él a muchos personajes más de Buenos Aires que me invitaron a tomar mate mientras la noche le ganaba a la tarde y el sol le daba lugar a la brisa fresca de primavera…

Escuche tangos, candombes y una murga nos acompañó hasta que nos fuimos, cuando las calles de San Telmo ya no eran más que un puñado de gentes desarmando el híbrido creado para los fines de semana…

Y allí, mientras Buenos Aires me invadía de sus personajes en una ronda de mate improvisado, recordé cuanto me gusta estar conmigo… Respiré hondo y me desafié a no perder esos momentos…

Y antes de irme, mi artesano-amigo-de-viaje me regaló un llamador de ángeles, que guardé para tu mamá que pronto cumple años… Y sentí que de a poco voy encontrándome / encontrándonos…

Gracias Buenos Aires, una vez más