jueves, enero 05, 2006

Aquella noche de San Telmo… quizás debí haberme hecho caso e irme en la direccion que iba. Ella, la rubia de pelo lacio y cuerpo correcto, no habia aparecido pero vos si, dispuesto a invadir mi ser con tu mirada; mirada que yo nunca vería, pero alguien más si. Ella, compañera de la noche, de un par de noches y no más, una amiga que miró dentro mío a pesar de la hiper minifalda y la diminuta musculosa negra. Esa noche me vestí para vos, como vos querías, y me enamoré de él. Sólo éramos nosotros y el tango, las risas corrían al ritmo del vino, de los tonos de la guitarra, de alguna poesía recitada. Las paredes eran viejas, muy, y desde ellas las viejas botellas de Pineral o Hesperidina nos acechaban, casi como jugando a las apuestas por nosotros.
Parecíamos simplemente nos…
No recuerdo mucho mas que mi cuerpo sentado encima del tuyo y nuestro amor fundido en besos, miradas, caricias que nos llegaban justo hasta ahí. También recuerdo nuestra huida al kiosco, por los cigarros que se nos habían agotado, y nuestro instante de casi-sexo en el paredón del teatro. Hacia calor, eramos dos, nos amábamos, lo sabíamos mas no lo decíamos, la noche era oscura y permisiva, el alcohol nos encontraba, eramos como dos seres tan diferentes que sin lugar a dudas nos pertenecíamos.

Nos fuimos de allí, ya entrada la madrugada cuando el sol empieza a molestar, el cuerpo empieza a exigir baño, la show-rutina comienza a hacerse carne en la ciudad desolada de enero. Eso no nos impediría amarnos, llegar a my place y amarnos, mucho, con la fuerza del amor, con la brutalidad tierna de tu cuerpo que me hacia tuya y me reclamaba, casi exigiendo, amor.
¿Estas enamorada de mi? No fue la respuesta, y por primera vez vislumbre la terrible mirada de no controlar la situación encubierta de la victimización de tu propio ser; “si no te enamoraste esta noche de mi no vas a hacerlo”, fue la clara respuesta preludio del juego perverso de tires y aflojes en el que te terminarías llevando todas mis decisiones.
Estaba convencida que no estaba enamorada de vos, la vida me había enseñado a no decir te amo sin sentirlo, la vida me había enseñado a pensar en mis palabras y a no atolondrarme a mis sentimientos que suelen correr mas rápido que yo. Con esa frase vos destruías mi aprendizaje. Me destinabas a un no – amor con vos cuando estaba convencida que existiría.
Asi seguimos, me pediste exclusividad cuadno viajabas a ver a ella, a la rubia de cuerpo correcto que ahora que no tenia opciones volvía hacia vos; decidiste que debías ir ahí casi casi exigiendo melodrama; pero seguía resistiendo. Logre pasar la noche con vos, rodeada de un lugar que ya no me pertenecía, jugabas al no abandono, a que ibamos a volver a vernos, jugabas a que era tu amor pero no podías estar sin mi. Pero resistí, te dije gracias y me marche con una sonrisa de vida, queria dormir con mi buen amigo y sentir que la vida, a veces, es mas simple de lo que se nos impone.
Pero la resistencia pronto terminaría. Y aun hoy pago las consecuencias… ¿no?



1 Comments:

Blogger Josie Janeway nos dice...

me caes bien!!!!!!!!!!!!! me gusta tu blog

6:17 p. m.  

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